martes, 27 de mayo de 2014

"Me excito", un nuevo microrrelato de nuestra autora Betty Ulme

La mañana se presentaba aburrida. Se escuchaba el sonido de la ducha y todavía eran las 7.27 de la mañana. Yo no tenía nada que hacer. No tenía trabajo por aquel entonces y él se levantó para ir a trabajar. Y me desperté. Con los ojos cerrados imaginaba sus movimientos lentos y adormecidos debajo del agua. Aquella pierna semiflexionada y el agua cayéndole por el torso. Sus manos enjabonándose el pecho y el vientre. Lleno de espuma, con los ojos cerrados y disfrutando del calor y el vapor antes de comenzar el día en la oficina. Me sorprendí con mi mano en mi entrepierna. Introduciendo dos dedos dentro de mí y acariciándome lenta y progresivamente. Me enmudecía mordiéndome el labio inferior. Y me movía sigilosamente en la cama. Con las piernas en tensión y flexionadas. Lánguidamente me mimaba como nadie más sabía, conocía cada parte. Comprendía y amaba cada rincón, cada secreto de mi cuerpo. Y así llegó, un orgasmo de esos que sólo tú conoces. Que sabes cómo llegar y cuánto tiempo va a durar y que te deja sudando, exhausta y satisfecha. Y me di la vuelta hacia un lado y me acurruqué con una sonrisa. En ese momento salió del baño. La puerta estaba enfrente de la cama y la luz dejó ver mi cara. Ya vestido se acercó, me dio un beso y se marchó con paso imperceptible por aquel pasillo interminable hasta la puerta. Y yo me quedé en la cama somnolienta, traspuesta y feliz.



2 comentarios :

  1. Gracias por compartir tanta sensualidad... la ducha y el baño tienen algo especial para fantasear y dejar que los sentidos se expresen.

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    1. Gracias a ti por visitar Erógenas!!
      La verdad es que sí, como bien dices la ducha y el baño tienen algo especial para fantasear y dejar que los sentidos se expresen :)

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